
19 May VI TRAIL RAE – TR34 – 2014
El pasado 4 de Mayo participé en una de las carreras de montaña más duras que se realizan sobre la distancia de 34 kilómetros. Otañes, ya es una prueba clásica dentro del calendario de carreras de cualquier corredor. A pesar de su dureza, es una prueba de gran belleza, donde se mezclan todo tipo de superficies y dificultades. Es una prueba de dificultad y no recomendada para corredores que se inician en la disciplina.
Como todos los años, la organización ha sido de sobresaliente. Siempre muy atentos a todos los participantes y muy agradables en los controles y puntos de paso. Este año había una cantidad importante de gente muy joven ayudando y apoyando a los corredores, realmente muy bonito. A pesar de no ser prueba puntuable para el campeonato de España y de celebrarse un día después de la APUKO EXTREM, el nivel de participación fue muy alto y como siempre el nivel de los participantes, calificable con extraterrestre. En el apartado, climatológico, el domingo fue una excepción, a una semana que no había parado de llover y hizo un día perfecto para correr, soleado pero la temperatura no era muy elevada.
Tras superar el avituallamiento de SANTULLAN al pie de la cantera, comienza una subida enorme desde menos de 100 metros de altitud, hasta los 735 metros del VENTOSO, realmente una pared de gran belleza pero una enorme pared. Desde el VENTOSO tenemos unas impresionante vistas hacia cada uno de los puntos cardinales donde pongamos nuestra vista, el espectáculo era impresionante. Pero debemos mantener la concentración que tenemos por delante una enorme bajada muy rota y complicada hada PUERTOS CALLEJA MALA.
Tras beber algo y tras avisarnos que el ascensor del pico ENAIL estaba estropeado, comienza la enorme y conocida por todos vertical cuesta del ENAIL, desde 200 metros hasta 441 metros. Detrás de mi amigo ALVARO de COMILLAS y todo el rato a rueda de sus palos, para arriba, la verdad es que lo superamos a muy buen ritmo. Tras las bromas típicas en el alto, vuelta a bajar y a por la última cuesta del kilómetro 30. Ya solo quedan cuatro kilómetros, pero al inicio de la bajada calambres en las dos piernas. El amigo ALVARO, me dejo uno de los bastones y gracias a él pude pisando con normalizar hasta estirar los calambre y poder volver a correr.
Una vez, que las piernas volvieron a su normalidad, a tope hacia abajo, hasta alcanzar el río. En este último tramo, bajando yo delante, el amigo ALVARO tuvo algún calambre y debió disminuir el ritmo (la verdad que ni me dí cuenta, iba a tope y enchufadísimo). En los últimos dos kilómetros cruzas una y otra vez el río y culminas con una poza final, donde este año me resbalé y al agua, buen chapuzón.
Esto es lo que realmente tiene este deporte, el compartir el dolor te une mucho y te hace dar lo mejor de ti a los demás. Gran parte de los 34 kilómetros de la prueba, la única asistencia son tus propios compañeros de carrera, los unos dependemos de los otros.
Muchas gracias a la organización, por esta maravillosa prueba y por vuestro enorme esfuerzo.
Animo para el año que viene, muchas gracias.
Aitor
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