Amanece en el Pagasarri. Ventisca en el Ganekogorta - ultrarunnerdreams
Sueños de un corredor de carreras de ultra distancia.
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Amanece en el Pagasarri. Ventisca en el Ganekogorta

Temperatura

Amanece en el Pagasarri. Ventisca en el Ganekogorta

  • Fecha: 16/11/2019
  • Lugar: Bilbao
  • Duración: 4 horas 40 minutos.
  • Meteorología:: Lluvia y frío
  • Hora inicio: 06:35 AM
  • Estado de ánimo: desmotivado

El titulo del post define a la perfección el entrenamiento de este sábado. Jornada muy dura en cuanto a la climatología y que me ha permitiendo seguir probando a fondo alternativas de material para estas condiciones climáticas.

«En una carrera de larga distancia y sobre todo si se desarrolla en alta montaña, las condiciones climáticas cambian muy rápido y hay que tener claro qué material emplear en cada momento, así como elegir el correcto según la necesidad«

Siempre usa en carreras material validado en entrenamientos

Venimos de unos años donde los otoños y los inviernos han sido más tranquilos: el sol ha predominado sobre la lluvia y el frío tampoco ha sido muy intenso. Nuestro cuerpo se ha vuelto muy cómodo y ha estado encantado con el sol y el calor. Ahora poco a poco lo debemos adaptar al frío y de nuevo a la lluvia.

El sábado fue de esos días donde el clima no perdonó y me castigó muy duro. La previsión meteorológica de lluvia, frío y viento, se cumplió. Me levanté muy desmotivado, con muchas ganas de volverme a la cama y con ninguna de sufrir. La cabeza ya sabía lo que le esperaba y no estaba por la labor. Afortunadamente, hago poco caso a las voces que me animan a volver a la cama. En modo automático desayuno y me equipo para la aventura.

Cuando salgo no llueve, parece que la lluvia se ha tomado un descanso, Las sensaciones son horribles: me pesan las piernas, me siento muy cansado y dormido. Mi cabeza está llena de voces que me invitan a abandonar, a rendirme a volverme a la cama, incluso justifican estas acciones con datos concretos.

«Es una bobada, correr en estas condiciones te vas a lesionar y no vas a poder entrenar. Abandona y otro día que estés mejor ya entrenaras. Se trata de disfrutar y sino disfrutas mejor dejarlo»

My brain is trying to help me

Poco a poco los kilómetros y los minutos de entrenamiento fueron avanzando, La confianza fue aumentando aunque las voces no se cesaban al menos no llovía. La primera parte del entrenamiento es un kilómetro vertical muy duro, que se divide en tres partes: Pagasarri, tramo de enlace y Ganekogorta. Tengo la sensación de ir arrastrándome en lugar de correr pero sin embargo al llegar al punto de control del Pagasarri, llego un minuto antes de lo previsto. El reloj no engaña y se confirma que las sensaciones que me manda la cabeza no son ciertas. El tramo de enlace, se hace muy rápido y justo al inicio del Ganekogorta comienza a llover muy fuerte. Ya no dejará de hacerlo hasta la cima. La subida es muy dura y debido a la lluvia de estos últimos días, el terreno está muy resbaladizo. A mitad de subida, coincido con un corredor que baja de la cima y me confirma que arriba está pegando muy duro (son solo 990 metros pero se trata de una cima que recibe todo el viento directo desde el mar).

Llego a la cima en medio de una fuerte ventisca de copo fino pero duro que me obliga a protegerme la cara con las manos ( Habrían venido genial las gafas pero con días que no para de llover no hay manera de correr con gafas y conseguir ver algo).

La bajada hacia la fuente del espino, está muy delicada y tengo que extremar las precauciones para evitar cualquier tipo de caída. En un sitio así, podría ser fatal, no solo porque se terminaría el entrenamiento, sino que un posible rescate podría ser muy laborioso y largo. A pesar de llevar ropa de repuesto en la mochila (otra chaqueta de agua, pantalón impermeable, guantes, gorro, frontal, manta térmica y comida) te estarías jugando una hipotermia (llueve y hace mucho frío).

Llego a la fuente del espino y hago mi primer avituallamiento largo (5 min): gel de Infisport (https://www.infisport.com/productos/carbohidratos/gel-oral), barrita de Triforza, (http://keepgoing.es/store/index.php?product_rewrite=barrita-triforza-bar-strawberry&controller=product&id_lang=1), pastilla de sales (https://www.226ers.com/es/producto/sub9-salts-electrolytes/), llevo 2 horas 5 minutos de entreno y toca comer y beber bien.

«Da un poco de pereza porque no para de llover pero sí no repones energía, el cuerpo no anda y cuando notes que tienes hambre ya será tarde»

Come sin hambre y bebe sin sed

Son a penas 5 minutos, lo justo para comer, beber y no quedarse muy frío. El tramo hasta volver al inicio de la subida al Ganekogorta está muy encharcado y resbaladizo pero lo puede superar sin ningún susto. Por fin, me he quitado la parte más dura del entrenamiento, todavía queda la mitad pero mentalmente es una alivio. El resto del itinerario está un poco más protegido del viento y de la lluvia.

A penas, un kilómetro antes de llegar al collado del Pasterenkorta me despisto y tropiezo bajando. No he levantado lo suficiente uno de los pies y me he enganchado en una piedra. Me voy de cabeza. Afortunadamente instintivamente giro sobre mi izquierda y el golpe fuerte se lo lleva el muslo, seguido de brazo y hombro (libro el codo). El impacto ha sido brutal, iba muy rápido bajando). La caída la he terminado parando con la mano derecha que al apoyar a impedido que siguiera cayendo.

Me levanto rápido, cubierto de barro aunque eso es lo de menos. Hago un primer balance de la situación.: puedo correr a pesar del golpe, el brazo izquierdo me duele mucho pero puedo moverlo sin problema aunque la mano izquierda no consigo abrirla bien. En la mano derecha tengo un corte profundo en uno de los dedos al que no doy la importancia que tiene. No me lo pienso y sigo corriendo. Llego al collado y intento sacar una pastilla masticable de carbohidratos pero la mano izquierda no funciona (será por el golpe, otras veces ya me ha pasado y luego se reinicia) Llueve mucho y tengo que centrarme en el resto del cuerpo.

En la bajada hacia el parque de la Peña, me doy cuenta que la mano derecha me está sangrando mucho. Cualquier corte en la mano es muy aparatoso y no le hago mucho caso. Cuando termino de bajar la zona complicada de la cantera, veo que tengo un corte profundo que no para de sangrar. Me limpio la mano en un charco grande para poder analizar bien el problema. No me duele y parece que no sangra, falso en cuanto empiezo a correr continua y esta vez no llevo gasas y esparadrapo. Decido emplear hojas para detener la sangre. Al llegar a la altura del puente que cruza la A68 veo que sigue sangrando y empleo hojas más grandes y presiono la herida. Llueve de forma muy violenta y sin embargo casi no soy consciente de ello. El brazo dolorido a pasado a segundo término y agua estoy preocupado con la mano derecha. Casi sin darme cuenta, llego al parque de la Peña, llueve muy fuerte y dudo si parar o no.

Llevo 3 horas 30 minutos de entrenamiento, debo parar a comer y beber con independencia del clima, así que tomo: un gel, una chocolatina energética de chocolate blanco de la compañía Infisport (https://www.infisport.com/productos/carbohidratos/energy-bar) que me saben a gloria. Me reviso el vendaje provisional a base de hojas, el dedo ha dejado de sangrar y veo por primera vez, que me he hecho un corte profundo en una de las yemas. Ya no hay sangre y eso me tranquiliza.

Ahora toca subir al aparcamiento del Pagasarri por el barranco de Bolintxu, completando las 4 horas de entrenamiento y de aquí hasta casa los 40 minutos restantes para finalizar una jornada muy dura de entrenamiento.

Lo mejor del entreno de hoy ha sido poder terminarlo y sobre todo que parece que la caída con la excepción del dedo y de rozadoras en la piernas izquierda no ha supuesto nada más.

«He conseguido disfrutar, a pesar de la falta de ganas, gracias a los colores del otoño y al olor de los bosques y prados. Tengo la suerte de disfrutar con la naturaleza y de poder extraer de ella la motivación que a veces no obtengo de mi propio cerebro»

Cuida de naturaleza y esta cuidará de ti. Trátala con respeto, aprende a escucharla y a obedecer como hijo que eres de ella. De la tierra venimos y a ella volveremos. Nunca lo olvidéis.
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