16 Feb Picando piedra a pie de mar
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Puesta a cero del contador
Cuantas vueltas da la vida y cuantas veces nos toca reiniciar nuestro contador para volver a ponerlo a cero. No es fácil comenzar de cero o mejor dicho nos cuesta mucho admitir que tenemos que empezar de cero. La piedra es la materia prima de la que están hecha los sueños pero para obtenerla y para luego trabajarla hace falta dedicarle muchas horas. Por ello es importante comenzar cuanto antes.
Todas las experiencias vividas anteriormente son las que nos han permitido llegar a dónde estamos y nos han hecho ser lo que somos ahora. Por ello,. Nunca debemos olvidar los buenos momentos, pero especialmente los malos, que son los que realmente nos han hecho todos estos años mejorar.
En el deporte al igual que en otras facetas de la vida, no podemos vivir pensando en lo que fuimos o en lo que hicimos. Tenemos que pensar en lo que vamos a hacer y sobre todo, en como lo vamos a hacer.
Debemos ser muy objetivos y honestos con nosotros mismos y realizar un análisis sincero de donde partimos y con que argumentos contamos para poder abordar el nuevo reto que nos propongamos abordar.
Sueños que crean sueños
El año pasado 2023, por estas fechas deportivamente me encontraba muy fuerte. La prueba de esfuerzo había dado unos resultados muy positivos que hacía presagiar que 2023 iba a ser un buen año deportivo. En 2023, tenía como objetivo el Tor de Géants. Una aventura de 330 kilómetros, 24.000 metros de desnivel positivo y 150 horas para completar el recorrido que se inicia y finaliza en la localidad italiana de Courmayeur al pie del Mont Blanc.
Con toda la logística del viaje cerrada desde febrero, solo quedaba entrenar y entrenar. A pesar de ser un reto deportivo complejo, era el momento perfecto para abordarlo. Tenía la experiencia, el conocimiento, la fortaleza mental y los kilómetros necesarios acumulados en mis piernas, fruto del trabajo de años anteriores.
La preparación del Tor de Géants no comenzaba en 2023 sino que comenzó en 1982 cuando con 12 años decidí que el deporte era el tipo de vida que yo quería vivir y desde entonces no había parado de disfrutar y sobre todo, de vivir.
Lo único que necesitaba es que las lesiones me respetaran. Pero sin embargo me abordaron y debido a ellas uno de mis mayores sueños personales, dar la vuelta al valle de Aosta, tuvo que quedar pospuesto para cuando fuera posible acometerlo. No se trataba de participar en la prueba por su nombre o por su fama, se trataba de no poder disfrutar de su recorrido, de sus paisajes, de sus montañas, en resumen, de 6 días de disfrute por la montaña.
Recuperar para seguir soñando
Recuperar ha sido desde entonces la prioridad pero con cabeza, sin prisas que llevase a una lesión mayor. Es la razón por la que la recuperación se ha alargado tanto en el tiempo. En todo este proceso, los más perdidos han sido los que deberían haber orientado y marcado mi camino: los especialistas médicos. He conocido a muchos de muchas especialidades médicas y en todo ellos he visto la misma cara de impotencia al no poder aportar una conclusión que iniciará un tratamiento que permitiera comenzar a poder volver a la montaña.
Mucho dinero gastado, mucho tiempo invertido para poder mirar a los ojos a un problema que impedía que pudiera volver a disfrutar de la montaña.
Afortunadamente la fisioterapia y una instrumentación adecuada para poner ojos y cara al problema está permitiendo poder volver a recuperarme y volver a hacer kilómetros. Otra cosa, más difícil va a ser volver a recuperar la cabeza, verdadero motor de mi cuerpo.
Toca empezar a trabajar desde cero. Toca alegrase de cada pequeña mejora que vaya obteniendo cada día, por muy pequeña que esta sea. Las cosas grandes están compuestas de muchas cosas pequeñas. Es momento de poner el mono de trabajo y poco a poco sumar kilómetros en las aceras de mi amado Bilbao.
Resulta muy duro, volver a empezar, pero no hay otra manera. En el deporte, no hay atajos y si crees encontrar alguno seguro que no te conduce a ningún sitio bonito y mucho menos, agradable. Puesta a cero del contador y a partir de ahora toca sumar que bastante ya hemos restado.
Salud y kilómetros de felicidad.
Aitor
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