16 Abr 2024 – De nuevo en la línea de salida
Una vez más, estoy a punto de ponerme en la línea de salida de un nuevo reto. Me preparado durante muchos años para poder estar hoy de nuevo en la línea de salida de una nueva aventura profesional. Conozco muy bien el camino a seguir y hacia donde debo de ir. A pesar de ese conocimiento y de la experiencia que te da el trabajo diario, los nervios siempre están presentes en los momentos previos al inicio de una nueva aventura.
Estos años de trabajo, formación y dedicación me han capacitado para poder abordar este nuevo reto y por ello hoy estoy aquí. Mucha dedicación, aprendizaje y pasión para poder tomar la decisión de embarcarme en este nuevo proyecto. Aquí estoy, preparado para darlo todo y con muchas ganas de compartir el camino con nuevos compañeros de viaje.
De nuevo, me pongo en la línea de salida de forma voluntaria pudiendo haber elegido no embarcarme en esta nueva aventura. Seguro que me habría evitado los nervios que tengo actualmente, la incertidumbre y el esfuerzo personal añadido que supone salir de tu zona de confort Sin embargo, hay veces en la vida que lo más cómodo o fácil, no es lo que nos llena. Cuesta mucho tomar la decisión, ya tengo experiencia previa y se que el camino no va a ser fácil y mucho menos cómodo pero seguro que va a ser enriquecedor a nivel humano y formativo.
Si una cosa te enseña la vida es que, sin los demás, no se llega a ningún sitio. Necesitamos siempre de los demás para continuar con nuestro proceso formativo a lo largo de nuestra vida. Ni un solo segundo de ella dejamos de aprender. Nuestro cerebro, no para de aprender especialmente cuando se enfrenta a nuevos escenarios y a entornos nuevos.
El cerebro humano está constantemente recibiendo información, aunque su capacidad de almacenamiento sea limitada. Por ello, es capaz de modelar las actividades que se repiten generando respuestas automáticas. En realidad, nuestro cerebro está dejando de aprender. A este tipo de comportamiento, se le conoce coloquialmente como: “ir con el piloto automático puesto”. La comodidad y la monotonía del día a día provoca que cada día nos dejemos muchas cosas por aprender, simplemente porque no son interesantes, según nuestro cerebro.
Estoy a punto de cruzar una línea de meta, cuya salida se inició hace ya 6 años. Personalmente cruzar esta línea de meta, supone el premio a un trabajo bien hecho, a un esfuerzo, personal pero también es el premio del equipo humano que me ha permitido llegar a ese punto tan mágico y especial. Sin embargo, la meta no es el final sino el inicio de una nueva aventura.
Vivimos en una sociedad que busca referentes de éxito para imitar. Creemos que, vistiendo su ropa, comiendo como ellos, hablando como ellos nosotros también vamos a tener éxito en nuestra vida. La mayoría de las veces, se busca el éxito a corto plazo, con el menor esfuerzo posible y durante el mayor tiempo posible. Si nuestro referente falla o deja de tener éxito, no importa, nos buscamos a otro referente a imitar y seguimos viviendo la vida de otras/os.
Llegado a este punto os tengo que hacer una confidencias: el éxito no se imita, se trabaja y casi nunca llega. Son muchos más los fracasos que los éxitos y realmente para lo que nos tenemos que preparar es para caer y volvernos a levantar.
Nos tenemos que acostumbrar a que “todo no siempre es posible” y que un “no éxito” supone un paso hacia nuestro objetivo. Cada vez estaremos más capacitados y más cerca de lograrlo. O no ¡! Pero por eso no vamos a dejar de preparar e intentarlo de nuevo.
Comienza una aventura que me ilusiona mucho y que me hace tener un brillo especial en los ojos. Los nervios, momentos antes de dar el pistoletazo de salida son lógicos, pero estoy tranquilo. En esta nueva aventura no voy a estar solo. Voy a estar rodeado de un gran equipo humano y técnico que me van a ayudar a marcar el ritmo en esos primeros kilómetros tan importante de cada prueba.
El camino, va a ser largo e intenso, por eso hay que mantener un ritmo que te permita ir metiéndote en carrera. Es muy importante crear una base sólida para poder apretar fuerte en aquellas partes más técnicas o con más desnivel donde siempre es beneficioso tener algo de fuerza guardada.
No vemos en el camino.
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